Los empastes dentales son una de las soluciones más habituales cuando aparece una caries. No solo devuelven al diente su función, también permiten mantener su forma y aspecto natural. Sin embargo, aunque muchas veces se piensa en ellos como algo “definitivo”, lo cierto es que los empastes no son eternos. Igual que cualquier material, tienen una vida útil que depende de diversos factores.
En este artículo quiero explicarte las causas más frecuentes por las que un empaste puede fallar, qué hacer si se desprende y cómo alargar su duración al máximo.
Causas comunes de la caída de los empastes dentales
Hay varios motivos por los que un empaste puede caerse o fracturarse:
Desgaste natural: con los años, masticar ejerce presión constante sobre el material. Si a eso le añadimos la acidez de ciertos alimentos, el paso del tiempo termina debilitando el empaste.
Bruxismo: rechinar los dientes de noche acelera la fractura de empastes. Incluso un empaste bien colocado puede deteriorarse rápidamente si no se trata el bruxismo.
Falta de ajuste inicial: en algunos casos, el diente cambia mínimamente de forma con el tiempo o el empaste no encaja al 100%. Esto puede hacer que poco a poco se afloje.
Caries secundarias: a veces, aunque se haya hecho un buen trabajo, puede formarse una nueva caries bajo el empaste. El diente se debilita desde dentro y acaba desprendiéndose.
Golpes o traumatismos: una caída, un accidente o incluso morder algo inesperadamente duro (como un hueso o una semilla) puede partir un empaste.
Problemas de encías: la enfermedad periodontal, al afectar el soporte del diente, también aumenta el riesgo de pérdida de empastes.
Qué hacer si se cae un empaste dental
Lo más importante es no dejar pasar el tiempo. Un diente sin empaste queda expuesto y puede doler, fracturarse o infectarse.
Mientras acudes al dentista:
Lava suavemente la zona con agua tibia.
Evita tocar el hueco con la lengua o con objetos.
Si queda sensibilidad, puedes cubrir el hueco con cera dental (la que se usa en ortodoncia) o un poco de algodón limpio.
Mastica por el lado contrario y evita alimentos pegajosos o muy duros.
No se recomienda intentar pegar el empaste en casa ni usar productos improvisados, ya que esto puede complicar el tratamiento posterior.
Diagnóstico
Detectar la caída de un empaste suele ser sencillo: se nota un hueco, una molestia al masticar o incluso dolor. El dentista confirmará el estado con un examen visual y, si lo ve necesario, una radiografía. Esta última es importante porque permite ver si hay una caries escondida bajo el antiguo empaste o si el diente necesita un tratamiento más complejo.
Tratamientos posibles
El tratamiento dependerá de la situación:
Colocar un nuevo empaste: lo más común cuando solo se trata de desgaste o fractura puntual.
Reconstrucción más amplia: si el diente está muy debilitado, puede ser necesario reforzarlo con una incrustación o una corona.
Tratamiento de caries activas: si hay caries bajo el empaste, primero se limpia la zona y luego se restaura.
Tratamiento periodontal: en caso de que el problema esté en las encías, habrá que trabajar la salud periodontal antes de restaurar el diente.
Cuánto dura realmente un empaste
No existe una cifra exacta porque depende de la boca de cada persona, de sus hábitos y del material utilizado. A modo orientativo:
Los empastes de amalgama suelen durar entre 10 y 15 años.
Los de composite (resina del color del diente) tienen una duración media de 5 a 10 años.
En personas con bruxismo, dieta ácida o malos hábitos de higiene, esa duración puede reducirse notablemente.
En la práctica, hay pacientes que llevan empastes de más de 20 años en perfecto estado y otros que necesitan reemplazo en pocos años. La clave está en el cuidado y en las revisiones periódicas.
Cómo prevenir la caída de los empastes
Cepillarse después de cada comida y usar hilo dental para reducir la aparición de caries alrededor del empaste.
Evitar abusar de refrescos, zumos ácidos y dulces pegajosos.
Usar férula de descarga en caso de bruxismo.
Revisar el estado de los empastes en cada visita dental. A veces no se caen de golpe, sino que primero aparecen pequeñas filtraciones invisibles a simple vista.
Más allá de la técnica: el papel del paciente
Un detalle poco comentado es que la duración de un empaste también depende de la manera en que el paciente perciba y atienda las señales de su boca. Un empaste que se “mueve”, un diente que cruje al masticar o una molestia ligera son avisos que muchas veces se ignoran hasta que ya es tarde. Atender a esas señales permite al dentista actuar a tiempo y evitar problemas mayores.
Preguntas frecuentes
¿Un empaste puede caerse sin que duela?
Sí. Muchas veces se cae y no hay dolor inmediato. Sin embargo, el hueco puede ser una puerta de entrada para bacterias, por lo que conviene tratarlo cuanto antes.
¿Puedo comer con normalidad después de poner un empaste nuevo?
En los empastes de composite, lo recomendable es esperar un par de horas antes de comer. Con amalgama, la dureza máxima se alcanza tras 24 horas, aunque se puede comer antes con precaución.
¿Qué pasa si ignoro un empaste caído?
El diente quedará expuesto y lo más probable es que la caries avance. Esto puede derivar en tratamientos más invasivos como endodoncia o incluso la pérdida del diente.
¿Hay diferencia en la duración según la muela o diente tratado?
Sí. Los molares, por estar sometidos a más fuerza masticatoria, suelen desgastar antes los empastes que los dientes anteriores.
Empastes dentales en Torrelavega
En nuestra Clínica Dental Nueva Ciudad en Torrelavega tratamos a diario este tipo de situaciones. Reemplazar un empaste caído a tiempo evita complicaciones y permite conservar la pieza en buen estado. Si notas que tu empaste se mueve, se ha caído o tienes molestias al masticar, lo mejor es pedir cita cuanto antes.
Te atenderemos de manera cercana y personalizada para devolverte la tranquilidad y la salud de tu sonrisa.